viernes, 13 de marzo de 2009

MURIO BLANCA VARELA


Ayer 12 de Marzo se comunico la triste noticia del fallecimiento de Blanca Varela, una de las voces más representativas de la poesía peruana y latinoamericana.

Su primer poemario "Ese Puerto Existe" (1959) tiene como escenario de inspiración a Puerto Supe, en las épocas donde la casa de José María Arguedas en Puerto Supe congregaba a personalidades como Fernando de Szyszlo y Blanca Varela.

Cuenta la anécdota que cuando Blanca leía su Poema "Puerto Supe" a Octavio Paz, éste pregunto: ¿Ese puerto existe? a lo que ella respondío "Ese Puerto Existe". De tal manera, que la poeta se decidió por cambiar el nombre del libro, y dejando el título de "Puerto Supe" para la segunda parte del poemario.

Aquí el poema:

Puerto Supe
a J.B.

Está mi infancia en esta costa,
bajo el cielo tan alto,
cielo como ninguno, cielo,
sombra veloz, nubes de espanto,
oscuro torbellino de alas,
azules casas en el horizonte.

Junto a la gran morada sin ventanas,
junto a las vacas ciegas,
junto al turbio licor y al pájaro carnívoro.

¡Oh, mar de todos los días,
mar montaña,
boca lluviosa de la costa fría!

Allí destruyo con brillantes piedras la casa de mis padres,
allí destruyo la jaula de las aves pequeñas,
destapo las botellas y un humo negro
escapa y tiñe tiernamente el aire y sus jardines.

Están mis horas junto al río seco,
entre el polvo y sus hojas palpitantes,
en los ojos ardientes de esta tierra
adonde lanza el mar su blanco dardo.
Una sola estación,
un mismo tiempo de chorreantes dedos
y aliento de pescado.
Toda una larga noche entre la arena.

Amo la costa,
ese espejo muerto en donde el aire gira como loco,
esa ola de fuego que arrasa corredores,
círculos de sombra y cristales perfectos.

Aquí en la costa escalo un negro pozo,
voy de la noche hacia la noche honda,
voy hacia el viento que recorre
ciego pupilas luminosas y vacías,
o habito el interior de un fruto muerto,
esa asfixiante seda, ese pesado espacio
poblado de agua y pálidas corolas. En esta costa soy el que despierta entre el follaje de alas pardas,
el que ocupa esa rama vacía, el que no quiere ver la noche.

Aquí en la costa tengo raíces,
manos imperfectas,
un lecho ardiente
en donde lloro a solas.

Finalmente brindamos un artículo de Marco Martos analizando la obra de Blanca Varela.
Marco Martos. Blanca Varela y sus contemporáneos

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